El boom de la novela latinoamericana (RM)

Introducción

Reseña de El boom de la novela latinoamericana, de Emir Rodríguez Monegal. Para Rodríguez el boom borra del panorama literario a escritores como Gallegos, Mallea, Alegría o Jorge Amado y asume la experimentación basada en nuevos modelos literarios (Faulkner, etc.). El crítico distingue entre el boom industrial y el literario y se propone analizar los desarrollos literario y social que llevaron a ellos y si ya terminó o no.

Categorías historiográficas

  1. El Ur-boom, nacido de la inmigración española y el desarrollo industrial por las guerras europeas
  2. El boom ideológico, producto de la revolución cubana y la fuerte actividad cultural y política que generó en América
  3. El boom de las traducciones, fruto de la traducción de escritores hispanoamericanos, lo que generó respuestas críticas antes inexistentes.

Contactos trasatlánticos

El autor señala los cuatro grandes momentos de contacto de las letras trasatlánticas:

  1. El del Inca Garcilaso y Juan Ruiz de Alarcón, que en los siglos XVI y XVII triunfaban en Europa.
  2. El de la novelística naturalista del modernismo comprometido e inquisitivo que sienta los fundamentos de la novela de la tierra, pero que no renueva el lenguaje literario.
  3. El de la influencia de los vanguardistas Huidobro y Borges en Europa y en América, luego la de Neruda hacia 1935 o la de Vallejo, entre otros.
  4. El de la narrativa del boom en los sesentas.

Proto-boom

El término Proto-boom designa a la novela de la tierra y de la denuncia política del realismo, y se sitúa a fines de los treintas, cuando la publicación en España -y la difusión en América gracias al dominio editorial español- de escritores hispanoamericanos. Es una novela de exploración del mundo exterior que anula los conflictos internos de los personajes; de exaltados proyectos utópicos; y también, aunque menos notorio, de la exploración de los espacios mito-poéticos que vinculan los relatos maravillados del encuentro de los mundos con la posterior novela mítica de los cincuentas y los sesentas. Estas novelas son de dos tipos:

  1. El realismo telúrico (Rivera, Gallegos, Güiraldes)
  2. La crónica realista (Azuela, Guzmán, Alegría).

Años cuarenta

En los cuarentas el espacio novelado es urbano, lo que coincide con el crecimiento de las ciudades, la creciente influencia de las vanguardias europeas, el psicoanálisis y el existencialismo. El centro es una nueva concepción del personaje novelesco, de sus dimensiones ficticias, de su espacio interior. Esto influye incluso en escritores de la tierra como Carpentier y Arguedas. El hecho es que las formás narrativas son más complejas. Borges y Bioy, por ejemplo, aportan una denuncia práctica y teórica (La invención de Morel) de la novela de su tiempo. Ellos influyen en Sur, Sábato, Onetti, Cortázar, Roa Bastos, Carpentier, Arreola, García Márquez, Cabrera Infante, etc. En Brasil, hay una transición suave a la independencia política y literaria, y extraordinarios escritores como Machado de Assis y Euclides de Cunha, en el XIX.

Años cincuenta y sesenta

Si en los cincuentas se explora la esencia mítica de América, que no es ni novela de la tierra ni folclorismo, sino la profundización de las tendencias y el aprendizaje de la década anterior, en los sesentas se produce el boom. Este es ya la mayoría de edad literaria de hispanoamérica y requiere del estudio de sus relaciones con otros géneros como la poesía y el ensayo literario, y con novelistas brasileños, norteamericanos y europeos. Falta además estudiar la narrativa de Huidobro, Neruda, Octavio Paz, Oliverio Girondo, José Lezama Lima, Jorbe Zalamea, Ezequiel Martínez Estrada, etc.

Influencias

El autor señala la influencia de la antinovela de Macedonio Fernández en Cortázar y de cómo Cortázar abre el camino a la novela de la experimentación con el lenguaje, a la que se unen Carlos Fuentes, Vargas Llosa y José Donoso. Guimarães Rosa, Juan Rulfo, Guillermo Cabrera Infante y Manuel Puig desarrollarán esta tendencia experimentalista.

No son éstas, sin embargo, las únicas influencias: la cultura pop influye en la Cuba de los cincuentas, lo que sirve a varios escritores de lenguaje común y fuente de transformaciones literarias. Hay también un rescate del folletín (Puig). Los epígonos de Puig marcan tal vez el fin del boom. Es en este punto que el crítico propone que ya es momento de iniciar la reflexión.

Tipos de novelas del lenguaje

Para terminar, Rodríguez Monegal señala las tres líneas principales de la novela del lenguaje: ésta nace de Pedro Páramo (Rulfo, 1955) y Grande Sertão: Veredas (Guimarães, 1956) y se bifurca en tres ramas:

  1. Primero, la exploración de realidades nacionales ahondando en las circunstancias (Fuentes, García Márquez, Vargas Llosa)
  2. Segundo, la búsqueda en el nivel mítico (Cortázar, Donoso, el último Fuentes, García Márquez, Vargas Llosa)
  3. La tercera línea reúne las dos anteriores (Cabrera Infante, Severo Sarduy, Reynaldo Arenas y Manuel Puig).

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