Benedetti, Mario

El escritor y su tiempo :

Mario Benedetti ha desarrollado una laboriosa y prolija obra y ha alzado su voz disconforme ante la frecuentemente inhumana modernización de América Latina. Benedetti ha ficcionalizado la lucha del hombre común contra la apatía y la deshumanización, y sus éxitos y sus fracasos. Hoy, décadas después de la caída de la URSS, podemos releer su obra y descubrirle dramática vigencia.

La actividad literaria de Benedetti comenzó en 1945, la revista Marcha. Llama la atención la variedad de los géneros a los que se ha dedicado, signo de su carácter multifacético. El reconocimiento internacional de su obra comienza con Poemas de la oficina (1956), los cuentos de Montevideanos (1959), el ensayo El país de la cola de paja (1960) y, especialmente, la novela La tregua (1960). Sus libros mas recientes son Despistes y franquezas (1990), Las soledades de Babel (1991), La borra del café (1992), Perplejidades de fin de siglo (1993) y la novela Andamios (1996). Su obra poética completa ha sido recogida, por Seix Barral, en Inventario Uno (1950-1985) e Inventario Dos (1986-1991) y sus cuentos en Cuentos completos (1947-1994).

Benedetti es más que un escritor-intelectual y un compromiso moral. Su poesía me acompaña en el recuerdo infantil de las veladas literarias de mis padres y amigos. Entonces descubrí lo bien que el llano lenguaje de su poesía, plena de situaciones cotidianas, se dejaba musicalizar. Descubrí también una poesía directa y sin afectaciones, hecha de sustantivos que nombran directamente a las personas, objetos y situaciones. Estos mundos ficticios, creados por él en cuentos y poemas, están poblados por personajes que, aplastados por la fuerza de la rutina y la mediocridad, inevitablemente acaban descubriendo sus limitaciones, y, en algunos casos, también sus fortalezas. No es pues un pesimista, sino un luchador.

El hombre

El Paso de los Toros

Mario Benedetti nació el 14 de septiembre de 1920, en Paso de los Toros, Departamento de Tacuarembó, en la República Oriental del Uruguay. Cuando tenía cuatro años, su familia se trasladó a Montevideo y él ingresó al decisivo Colegio Alemán, donde hizo la primaria. Allí comenzó a escribir. La situación económica familiar, sin embargo, le obligó a trabajar pronto y tuvo que terminar la secundaria como alumno libre. La temprana experiencia laboral le dio el conocimiento del mundo gris de las oficinas montevideanas que luego ficcionalizaría magistralmente. A lo largo de su vida, Benedetti ejerció los oficios más disímiles : cajero en una tienda de repuestos de automóvil, funcionario público, tenedor de libros, taquígrafo, etc. Sólo desde 1969, Benedetti pudo realizar el ideal del escritor, el de vivir de sus libros y del periodismo.

Entre 1938 y 1941 residió casi continuamente en Buenos Aires, donde trabajó como taquígrafo en una editorial. En 1946 el escritor se casó con Luz López Alegre. Dos años después regresó a Montevideo y dirigió, por un año, la revista literaria Marginalia. Luego, desde 1949 hasta 1955, conformó el consejo de redacción de la revista Número, publicación que cumplió un rol central en la formación y desarrollo de la "generación del 45" o "generación crítica"; es decir, la de Benedetti, Carlos Martínez Moreno, Mario Arregui, Angel Rama, José Pedro Díaz, Ida Vitale y Emir Rodríguez Monegal, entre otros. Entre 1954 y 1960 ocupó tres veces la dirección literaria del influyente semanario Marcha que, luego del golpe de Estado de 1973, y de varios cierres, sería por fin clausurado por la dictadura en noviembre de 1974.

Los viajes del "Número 7"

Es difícil, para quienes no vivimos esos años, imaginar los derroteros de las mentes lúcidas de entonces. Sabemos que Benedetti, acompañado por sus suegros y su mujer, viajó por primera vez a Europa en 1947 y que así cumplía el viejo ideal del escritor rioplatense. Ya entonces era un hombre políticamente marcado : la embajada de la España franquista en Montevideo no le dio el visado de entrada pues Benedetti colaboraba en la revista Marcha. Dejó pues a sus suegros en la península y se fue a Cherburgo y de ahí a París. Al llegar le recibió la noticia de la muerte de su suegro, a quien había dejado en España poco antes. Obligada a entrar a España, la pareja decidió pedir visa en París, confiada en que los diplomáticos franquistas no estarían informados de los reparos de sus pares en Uruguay. Y tuvo razón.

Al final, con su esposa, su suegra y casi sin recursos, Benedetti tuvo su primer contacto con Europa. Este primer viaje preparó el de 1957, cuando era ya un escritor conocido. A partir de 1958 y después de ganar varios premios literarios, ya en desacuerdo con los lauros institucionales y reglamentados, renunció sistemáticamente a ellos. Es revelador, sin embargo, que en 1987 aceptara recibir el premio Llama de Oro de Amnistía Internacional por su novela Primavera con una esquina rota.

1959 fue un año importante en la progresiva definición del escritor por dos hechos determinantes : por un lado, su viaje a los Estados Unidos le afectó porque vio - con sus palabras - "el verdadero rostro del imperialismo"; por otro, el triunfo de la revolución cubana le hizo mirar a América Latina cuando la mayoría de los intelectuales vivía todavía encandilada por lo europeo. Demás está decir que nunca más le dieron el visado de entrada a los Estados Unidos. Desde fines de 1967 hasta marzo de 1969 vive en Cuba, invitado para organizar el Centro de Investigaciones de Casa de las Américas, la conocida institución cultural cubana.

En 1971, época de los tupamaros y del Estado Policial, fundó el Movimiento de Independientes 26 de marzo, que integrará más tarde el Frente Amplio; pero en 1973 debió abandonar Uruguay por causa de la dictadura. Su exilio de doce años transcurrió en diversos lugares. Primero viajó a la Argentina, donde estuvo hasta la subida de los militares. Un amigo periodista le dijo que él tenía el número 7 en la lista de "comunistas extranjeros" que había elaborado el gobierno y que su desaparición era inminente. Abandona pues Argentina y viene al Perú que, recordarán, también era prisionero de las bayonetas.

La estancia en el Perú

Vino al Perú porque tenía amigos acá y, tal vez, porque no se le exigía visa alguna. Ya en Lima trabajó en Expreso. Cuenta Paoletti, autor de la biografía El aguafiestas Benedetti (1995), que Paco Moncloa, subdirector del diario, le encomendó tres columnas semanales sobre arte, literatura o "lo que sea" con la condición de no mencionar la palabra "Perú", consejo que el escritor siguió puntualmente. A los pocos meses, un hepático artículo del "Cura Bolo", en otro diario, propuso "expectorar" a Benedetti del Perú.

¡Quién sabe si fue consecuencia de ese artículo! El hecho es que el uruguayo fue pues, entre gallos y medianoche, invitado a dejar este país por un amistoso oficial de la PIP que, al pie del avión, le dijo : "permítame que le desee buen viaje. Quiero que sepa que esto no tiene nada que ver con el pueblo peruano". Y le estrechó la mano. De regreso en Buenos Aires, el semiclandestino Benedetti es invitado nuevamente al Perú, esta vez, dice Paoletti, con el encargo de dirigir la Biblioteca Nacional. Pero su estancia en Lima no duraría sino unos pocos días pues la policía volvió a la carga, lo que le llevó a la decisión de irse a Cuba, uno de los pocos países en los que podía ganarse la vida.

El desexilio

En Cuba trabajó en el Centro de Investigaciones Literarias de Casa de las Américas, pero en 1980, la sensación de impotencia y hastío le llevan a mudarse de nuevo. Primero a Cuernavaca y luego a Palma de Mallorca, España. Casi sin ingresos pues no era posible imprimir sus libros en Argentina y Uruguay, de pronto los vientos cambiaron con un contrato para escribir en el importante diario español El país y otro por los derechos televisivos de La tregua.

El esperado momento del retorno llegaría en 1985, terminada la dictadura. Camino a su país, el poeta visita la Feria del Libro de Buenos Aires. Allí, la caseta en la que firma libros se llenaría de gente conocida y desconocida que se le acercaba, le hablaba o simplemente rompía en llanto. Aparece un matrimonio con una bolsa llena de libros suyos con la intención de pedirle que los firme, viejos libros que estuvieron guardados durante años. Uno de ellos, Cumpleaños de Juan Angel, llamó la atención del poeta pues estaba lleno de notas al margen. "Parece que este libro lo leyeron" -dijo Benedetti-. Respondió su interlocutor : "Sí. Era de nuestra hija desaparecida".

El regreso es al reencuentro, la tristeza por los muertos, el reencuentro con los amigos y con el pueblo oriental que se reunió masivamente para escucharle en el recital a dos voces con Daniel Viglietti en la "dieciocho" (la avenida 18 de julio). El regreso es también el tiempo del desajuste, de la readaptación a un país cambiado y, sobre todo, de la nostalgia. Curiosamente, no sólo nostalgia del país del pasado, sino también del exilio mismo. Ese extraño sentimiento fue bautizado con el nombre "desexilio".

Poética

Política y literatura

Cuando Angélica Abelleyra, durante el curso de una entrevista, le preguntó si "deslindaba o no la política de la literatura", Benedetti respondió : "La literatura siempre es la prioridad, independientemente del tema: sea la política, el amor, Dios o la solidaridad. Si elegimos un género, esa es la prioridad. Si se hace una literatura en donde aparezca lo político, la prioridad sigue siendo para la literatura. Incluso, la mejor literatura, la mejor canción o el mejor cuadro que transmita un magnífico mensaje, si la forma en que se escribe es torpe, perjudica en primer término el mensaje. Lo primero que hay que cuidar es la forma literaria." (La Jornada, México, 11 de mayo de 1997).

El polémico libro El país de la cola de paja (1960) es la primera reflexión de Benedetti sobre su país, "la única oficina del mundo que ha alcanzado la categoría de República". Este libro, más que ensayo sociológico o propuesta política, es denuncia, es el dedo apuntado a los hábitos mentales del uruguayo, a la hipocresía, la falta de escrúpulos convertida en virtud por una mentalidad mercantilista, la "viveza criolla", la coima. Ese mismo año 1959, Benedetti es el candidato número 25 de la lista del Partido Socialista Uruguayo, experiencia que no repetirá. Es, además, la fecha de la publicación de los cuentos de Montevideanos.

No hay ingenuidad en un hombre que es consciente de que el poder y la cultura se desenvuelven en compartimentos estancos. El ha visto cómo la izquierda usa al escritor, cómo la extrema derecha lo margina o persigue y cómo el neoliberalismo lo convierte en objeto decorativo. Sin embargo, a pesar de estar seguro de que, en el terreno político, nadie hace caso de lo que piensan, él cree que el artista puede cambiar la mentalidad de la gente y participar creativa y constructivamente en movimientos políticos.

Disciplina de la escritura

La precisión del lenguaje de sus cuentos y poemas parece provenir de varias fuentes. En primer lugar, del Colegio Alemán. Benedetti admira la perfección del idioma alemán cuyas reglas gramaticales se cumplen sin excepciones. Sus primeros poemas, los de la infancia, fueron escritos en ese idioma. En segundo lugar, de la lectura de los maestros. Por ejemplo, debe a Onetti, la exigencia del rigor de la escritura, del cuidado extremo en el uso de las palabras.

Pero su formación incluye, y no podía ser de otra manera, ilustres nombres : entre los cuentistas, Maupassant, Chejov y L' Isle Adam son citados en Sobre artes y oficios (1968) para ilustrar la naturaleza del cuento. El caso de la nouvelle, o novela corta, es expuesto con los ejemplos de Kafka, Duhamel, Melville y Sartre. La novela es examinada a la luz de las obras de Faulkner, Joyce, Virginia Woolf y Proust. Benedetti está pues entre los escritores que teorizan la actividad a la que se dedican y que, por tanto, explicitan la poética de su propia obra. Sin embargo, más que narrador, él se considera ante todo, poeta. La poesía es el género que más ha trabajado durante su vida. Pero entre la absorbente novela y la brevedad del cuento, se inclina por este último.

La novela y el cuento

Creo que la literatura debe ser hecha, siempre, con placer. Debe ser un reducto de la felicidad.

La escritura de la novela requiere de tiempo y de soledad pues es necesario salirse de este mundo y entrar en otro para llevar a buen puerto la aventura. El cuento, en cambio, comienza con la construcción de la historia en la mente. Luego hay que dominarla, es decir, calcular todas las variantes argumentales posibles. Hecho esto durante el tiempo que sea necesario, sin importar si es un día o cinco años, recién se inicia la escritura misma.

Para él, es imposible escribir una novela con el mismo rigor con el que se escribe un cuento pues en el relato breve cada palabra, cada gesto, cada signo de puntuación cumple un rol decisivo. En el cuento el ritmo no puede decaer por causa de una palabra equivocada pues la consecuencia es que el lector abandona la lectura. El ritmo de la novela, en cambio, soporta altibajos porque ésta no está hecha para ser leída de un tirón.

La novela La tregua (1960) lo consagra definitivamente con más de un cien ediciones, traducciones a más de veinte idiomas y adaptaciones al teatro, la radio, la televisión y el cine. Construida como diario, esta novela cuenta la historia de Santomé, un hombre viudo de 49 años que, al borde del retiro, se enamora de Laura, 25 años menor. El breve momento de dicha es interrumpido por la muerte de la amada, y deja a Santomé frente a una vejez rutinaria y agobiante.

Poesía

Su forma sencilla, directa y coloquial tiene su origen en la admiración que sentía por la poesía de Baldomero Fernández Moreno y Antonio Machado. Entre los poetas que han influido en su obra, están también César Vallejo y San Juan de la Cruz.

Éste es un ejemplo de la poesía de Benedetti:

Cosas de uno
(Poemas de la oficina, 1953-1956)

Yo digo ¿no?
esta mano
que escribe mil doscientos
y transporte
y enero
y saldo en caja
que balancea el secante
y da vuelta a la hoja
esta mano crispada en el apuro
porque se viene el plazo
y no hay tu tía
que suma cifras de otros
cheques de otros
que verdaderamente pertenece a otros
yo digo ¿no?
esta mano
¿qué carajo
tiene que ver conmigo?

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