Introducción a la educación a distancia
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Aunque para muchos todavía no es claro cuál, las universidades tienen un rol que cumplir en el sistema escolar que se perfila desde la difusión de las redes informáticas (Educación e informática). Si por un lado los medios de prensa suelen imaginar el trabajo del estudiante de la era de la información como si se basara casi exclusivamente en el uso intensivo de CD ROMs de consulta y de programas cuya naturaleza interactiva los haría necesariamente beneficiosos; por otro lado, las distintas instituciones educativas nacionales no parecen haber racionalizado cabalmente los nuevas formas de trabajo posibles y realmente útiles.

Los colegios se han dedicado mayoritariamente a instalar laboratorios de cómputo y a contratar profesionales técnicos o universitarios para que los administren y dicten clases de informática. Esto es, han contratado gente sin preparación pedagógica para que enseñe y han definido los contenidos de los nuevos cursos a imagen y semejanza de los currículos de los centros de estudio de informática. Es decir, muchos colegios se han convertido en miniacademias de cómputo en las que se enseña el uso de paquetes de software profesionales en lugar de preparar adecuadamente a los profesores de los cursos regulares para que enseñen los cursos normales con la ayuda de la informática. Que esa política les rinda dividendos en términos de imagen institucional y que les procure más alumnos y por lo tanto más ingresos, no puede borrar el hecho que han olvidado la primera ley de la educación~: la tecnología es el medio, no el fin.

En otro lugar de la pirámide educativa, la labor de la mayoría de las universidades se ha limitado al desarrollo de webs institucionales y a la implantación del correo electrónico entre sus alumnos y profesores. Aunque algunas pocas usan el correo electrónico como medio de comunicación entre profesores y alumnos, note que ninguna ha puesto en línea material que pueda servir a sus estudiantes como parte del material bibliográfico de los cursos, ni en el web ni en el correo electrónico. Este escrito es una reflexión sobre el aprovechamiento pedagógico de las redes de informática de las universidades, tanto para sus estudiantes como para los escolares.

Empecemos por el correo electrónico, que permite una comunicación constante entre alumnos y profesores. El profesor puede atender consultas, recibir trabajos o enviar material por este medio. Sin embargo, hay una forma de racionalizar el uso de esta forma de comunicación, esto es, el uso de listas de correo. Una lista de correo consta de una casilla electrónica de uso común, una serie de personas suscritas, uno o varios moderadores y un tema específico. Si uno de los suscritos o de los moderadores envía un mensaje relativo al tema de la lista a la casilla electrónica de la lista, todos los miembros reciben una copia en sus respectivas direcciones de correo. Cualquiera puede entonces responder y absolver las dudas planteadas, reflexionar sobre el problema en cuestión, explicar una solución propia o presentar nuevos problemas.

Desde el punto de vista económico, las listas de correo son una posibilidad viable en tanto una PC XT equipada con un módem antiguo es suficiente para acceder a ellas; estamos hablando de un equipo de unos US$ 200.00 en el mercado de computadoras usadas, una conexión a Internet o Infovía de US$ 15.00 mensuales aproximadamente y unos 120 minutos de uso del teléfono al mes. Si la lista funciona dentro de la red de una institución, el costo de la conexión es absorbido por el costo fijo del mantenimiento de la red o de la línea dedicada a Internet si hubiera.

Hay varias ventajas específicas en este sistema~: en primer lugar, los profesores pueden hacer llegar a los alumnos de manera rápida los materiales que normalmente se distribuyen como separatas, con el consiguiente ahorro en el costo del trabajo e insumos de impresión. Estos materiales pueden ser distribuidos no sólo a los alumnos de una institución, sino también a lo largo del país, lo que puede contribuir a aliviar las carencias bibliográficas en las zonas apartadas - y en las no tan lejanas.

En segundo lugar, los alumnos están en posición de discutir entre sí los problemas que los cursos plantean de modo que se pueden ayudar unos a otros sin importar la ubicación geográfica de sus centros de estudio. La labor de los profesores es entonces de guías de las discusiones de las listas de sus respectivos cursos. Los docentes también se benefician en este sistema pues puede darse el bienvenido caso que no estén de acuerdo sobre algún punto específico tratado en una lista que entonces inevitablemente se constituiría también en un medio de debate entre profesores. Y así como hay alumnos que saben más que otros, hay profesores que saben más que sus pares, por lo que si usted comparte la creencia de que una de las más eficaces maneras de mejorar es relacionarse con gente que sabe más que uno, encontrará el sistema saludable y hasta necesario para la capacitación continua de maestros.

El mejor lugar para ejecutar un proyecto de este tipo es la universidad pues ella puede mantener ciertas listas para los alumnos de sus cursos regulares y otras para los alumnos de colegios, y ambos tipos de listas estarían moderados por docentes universitarios o alumnos de los últimos años. También es posible que los escolares tengan algún nivel de acceso a las listas de los cursos de los estudios generales universitarios, lo que les permitiría participar del diálogo académico, aun cuando sólo sea como lectores. El resultado del uso intensivo de listas de correo así planteado levantaría el nivel general de los sites peruanos en Internet, cumpliría con el objetivo universitario de insertarse en la vida cultural del país y redundaría en el alza de la imagen pública de la universidad.

El web es otro punto de discusión en la prensa local. Es notorio, para quien navega en los sites de las universidades peruanas, que el predominio de las páginas institucionales sobre las páginas con contenidos educativos es total. La naturaleza de los cursos de los EEGGLLs permite suponer que muchos de los materiales usados normalmente en las aulas podrían ser interesantes también para los escolares peruanos y para los visitantes extranjeros, por lo que se podría proporcionar algún nivel de acceso a las personas ajenas a la institución, con los mismos efectos señalados al comentar el uso de listas de correo electrónico. Pero el web es más caro pues exige cierta distracción de recursos para la confección de los documentos electrónicos, equipos más potentes dada la lentitud del WWW y mayores gastos de conexión telefónica para los que se conectan vía módem.

Sin embargo, hay algunas objeciones posibles al uso de las listas de correo y del web. La primera es el costo~supuestamente alto; pero sé de un software servidor de listas de correo ( Lyris), cuyo costo es de unos US$ 700.00, que permite manejar simultáneamente unas 500 listas y que es accesible desde el correo electrónico mismo y desde el WWW. Este software u otro similar podría ser el motor necesario para llevar a cabo las dos primeras propuestas sin distraer recursos para la confección manual de páginas web. Además permite definir niveles de acceso.

Otra posible objeción es la esperada resistencia de algunos profesores al uso de la tecnología. Para conocer el terreno, se podría hacer una encuesta entre profesores para identificar a los que estarían dispuestos a participar del proyecto. Con las personas interesadas se podría llevar a cabo un piloto. Note que los profesores no tendrían participación en el mantenimiento del sistema, sino sólo en la discusión de las listas, y que en las universidades la mayoría ya usa el correo electrónico.

La administración del software servidor de las listas de correo la podría desempeñar el departamento de informática de la institución, en la medida que el proyecto no tendría por qué ser exclusivo de una facultad. Este es más bien un proyecto que atañe a toda la universidad. Sin embargo, el software, una vez configurado, funciona automáticamente, por lo que no haría falta contratar personal especializado en informática para administrarlo, sino que un grupo pequeño de profesores podría monitorear su funcionamiento. En otras palabras, una vez que se tenga una máquina servidor y un software servidor configurado, sólo harían falta los enlaces necesarios al web de la universidad.

El desarrollo de programas de educación a distancia ofrece todavía una tercera alternativa, el desarrollo de software educativo ad hoc : esta actividad requiere de una infraestructura mayor que las dos primeras pues hace falta un equipo de personas, software y máquinas para llevarla a cabo. El objetivo sería el desarrollo y la puesta en línea de materiales, tutoriales y exámenes para marcar en la red de la universidad con el fin de facilitar el autoaprendizaje. Estas aplicaciones podrían funcionar en Internet si se escoge el lenguaje de programación adecuado y, tal vez en un futuro mediato, podrían comercializarse o ponerse, sin costo, a disposición del público general.

Esta tercera sugerencia es más fácilmente objetable en tanto la inversión inmediata es mayor~y los beneficios se percibirían en un plazo mediano o largo: hace falta personal de informática (tal vez una persona), de diseño gráfico (tal vez una persona) y productores de conocimientos (los profesores). Se necesita infraestructura de hardware, que la universidad ya posee, y de software que es debatible. Personalmente recomiendo el uso de Toolbook II Instructor de Asymetrix Corp., cuyo costo está arriba de los US$ 1500.00 y que sin embargo es más barato que otros lenguajes de autor de su categoría (Icon Author bordea los US$ 4500.00). Toolbook II presenta la ventaja de estar orientado a la educación, por lo que incluye librerías de objetos útiles para el desarrollo de tutoriales y exámenes objetivos; funciona en Windows, maneja bases de datos y las aplicaciones nativas pueden funcionar en el web mediante un plug-in llamado Neuron. Además, las aplicaciones pueden exportarse como páginas web con applets en Java. Como Toolbook, hay otros lenguajes de autor que se orientan a este segmento del mercado y el abánico de posibilidades está en crecimiento.

Hay ya ejemplos de instituciones que dan cursos a distancia por estos medios. Por ejemplo, el número 6 del volumen 16 de la revista Educational Courses in Britain trae, en la página 11, un aviso de la University of Derby bajo el encabezado Study Health and Medicine by Distance Learning. Es decir, en esa institución se puede obtener grados universitarios por medio del sistema de educación a distancia. El término no nos es desconocido pues tiene ya cierta tradición en América Latina, lo nuevo es la inclusión de las tecnologías de la información para impartir conocimientos y medir las respuestas de los estudiantes. Internet, el nuevo canal de la comunicación interactiva, se constituye así en una promesa que debe ser explorada por los países del tercer mundo para la disminución del abismo de cantidad y calidad de conocimientos entre ellos y los países desarrollados.

En el Perú, sólo la Universidad San Ignacio de Loyola ha llevado a cabo un proyecto de este tipo : ellos han firmado un convenio con una universidad mejicana que ha desarrollado cursos asistidos por la computadora en Internet para comercializarlos en el Perú. Es decir, son representantes comerciales de los productores del saber. Tácticamente, dentro del régimen de libre empresa en la educación ya consagrado por las leyes, el movimiento es correcto. Sin embargo, aunque es ya un primer paso, si se le enfoca desde una visión estratégica de política educativa nacional, hay algunos problemas. Por ejemplo, el alto costo destina esta solución a la elitización~: no muchos tienen computadoras y pocos pueden pagar las tarifas fijadas. Además, seguimos sin ser productores de conocimientos, sino meros consumidores, y claro, en instituciones de altos presupuestos relativos, eso es un defecto grave.

En fin, las herramientas están allí y aun debemos desarrollar las metodologías adecuadas para usarlas con profesores y estudiantes que no tienen el hábito o el interés de usar las computadoras. Pero, sea que se opte por el uso de las listas de correo, por el desarrollo de webs con contenidos educativos, por el desarrollo de aplicaciones educativas o por cualquier otra solución tecnológica en redes locales o globales, las universidades tienen la responsabilidad de proporcionar acceso gratuito a ciertos sectores de la población y la obligación de proporcionar no sólo información sino también sentido a la red.
Por Alfredo Elejalde F.
Lima, Enero a mayo de 1997.
(17-07-2003)

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