Educación y bancos de conocimientos

Ejemplo de uso de bancos de conocimientos :

Veamos con un ejemplo hasta dónde puede llevarnos el desarrollo de bancos de conocimientos que mencionamos en el ensayo Educación e informática. Imaginemos una clase con 25 estudiantes. De pronto, el profesor se inclina sobre su computadora e indica el inicio del trabajo. Uno de los estudiantes, especialmente interesado en la manipulación de gases tóxicos, busca en la base de conocimientos de la Biblioteca de la Universidad las referencias a todos los trabajos que existen en ella sobre el transporte y manipulación de gases tóxicos en la industria y la minería. En medio de la pesquisa descubre que hay cantidades enormes de información técnica y legal sobre el asunto en cuestión. Una vez que ha entrado en el Banco, el alumno rastrea las ocurrencias del término contenedores industriales de gases tóxicos, y el programa presenta una lista de lugares en los que dicha palabra aparece. Cada ítem de la lista refiere a un registro - o ficha - que incluye diferentes campos - o tipos de información - : por ejemplo, el nombre de la norma ISO correspondiente, el código de la norma ISO, el término técnico, la definición del término, las partes del objeto referido, los tipos del objeto referido, el nombre del sistema de conceptos que le da sentido, etc. Cada uno de estos campos proporciona información directamente concerniente a una ocurrencia específica del término contenedores industriales de gases tóxicos de manera que el alumno adquiere la información que buscaba : sabe cuantos registros sobre dicho término hay en la base de datos y cómo localizarlos; y además la información se le presenta estructurada, lo que facilita su examen individual o por grupos.

Sin embargo, la curiosidad, el signo más antiguo de la inteligencia, no deja en paz al estudiante que decide dar otra revisadita con la esperanza de hallar algo más interesante. Lleva el cursor sobre el campo denominado Tipos, lee el contenido del campo y pulsa sobre él el botón del ratón. Inmediatamente aparece en pantalla una representación visual de los tipos de contenedores industriales de gases tóxicos que la base de datos registra. Ahora el estudiante quiere información detallada sobre uno de los tipos específicos de contenedores consignados en la base, por lo que hace el clic del ratón sobre el gráfico que representa a ese tipo y la ficha correspondiente aparece en pantalla, con una ilustración o un diagrama técnico, y una voz que, proveniente de los parlantes de la computadora, deja oír una explicación sobre el objeto en cuestión. Así, para cada uno de los campos se puede consultar una gama de información muy amplia que puede ser muy especializada, para profesionales e investigadores, o bastante general, como para estudiantes principiantes; imágenes de lugares, objetos o personas; ilustraciones o diagramas de maquinarias; reseñas de libros sobre el tema; términos técnicos, términos equivalentes en otras lenguas y sistemas conceptuales que dan sentido a los términos técnicos; didácticas voces, música, animaciones y vídeos, etc. Así, en nuestro ejemplo, la persona que desee aprender o repasar las características de los contenedores industriales de gases tóxicos podrá rápidamente acceder a la información que le puede valer la aprobación de un examen, la certeza de estar bien preparado para el trabajo o el aumento de la calidad del servicio de la empresa para la que trabaja. Resulta inútil enunciar la utilidad del sistema.

Posibilidades educativas de los bancos de conocimientos :

Un sistema tal permitiría no sólo especializados estudios, también sentaría las bases para que los interesados aprendiesen prácticamente sin profesor. Contra lo que pudiera pensarse, el uso de computadoras no es una labor de especialistas en computación. Estos sólo trabajan en la para ellos cotidiana tarea de diseñar, construir y administrar las bases de datos, mientras que el ingreso de la información la hacen digitadores o especialistas en el área temática de la base de conocimientos, supervisados por otros especialistas. Por su parte, el público usuario se enfrenta a un sistema de uso muy simple, basado en íconos para identificar rápidamente comandos y datos, y diagramas para representar visualmente la estructuración de los datos. Estos diagramas visuales tienen la forma de un árbol invertido cuyas ramas se extienden y bifurcan hacia diferentes núcleos de información. En realidad no es exacto comparar la organización de la información con un árbol pues ésta semeja más bien una red ovillada, o un trébol gigantesco de varios niveles interconectados donde se cruzan varias superautopistas. Desde cualquier lugar por el que se entre, el usuario puede recorrer la totalidad del sistema de forma intuitiva, guiado por sus intereses prácticos o lúdicos… o ambos. Examine el ejemplo siguiente de lo que podría ver en pantalla el usuario de un banco de conocimientos sobre el lenguaje :

Sistema de conceptos : El lenguaje

Las ventajas que trae el sistema de bancos de conocimientos para el estudio de los contenedores industriales de gases tóxicos alcanza también otros objetos de estudio, como mostramos mediante el gráfico anterior. Historiadores, arquitectos, filósofos, médicos, psicólogos, arqueólogos, economistas y muchos más se pueden beneficiar de bases de datos concebidas dentro de la misma filosofía. Todos ellos, todos nosotros, podemos tener la oportunidad de mejorar algunos de estos bancos de conocimientos agregando nueva información, mientras que otros serían elaborados sólo por especialistas determinados. Sin embargo, hoy por hoy, alcanzar el objetivo propuesto es difícil, no tanto por el costo de los equipos, como por la falta de visión a la que nuestro aislamiento cultural nos empuja. Para la clase de uso reseñada más atrás, haría falta una red de cómputo, personal, organización, etc.. Sólo una institución - o un grupo de ellas - con un alto nivel en la investigación y un mínimo de solvencia económica podría llevar a buen término esta empresa.

Los bancos de conocimientos son así el mayor aporte de la electrónica y el software a la vida cultural de los pueblos. Bases de datos para usos personales y comunitarios, accesibles desde una PC o desde varias PCs conectadas a una red. Las bases de datos incluirían todo tipo de información, desde indicadores económicos hasta novelas y poemarios, desde descripciones de las partículas subatómicas hasta las legislaciones de diferentes países del orbe. De hecho, algunos de estos servicios ya pueden ser vistos en Lima, como en el caso de la legislación peruana en Infolex o la biblioteca de documentos hispánicos Admyte. Por la cantidad y calidad de documentos y herramientas incluidos en Admyte y por la posibilidad de que las instituciones de cultura y fomento de la cultura desarrollen trabajos similares con documentos propios de nuestra historia nacional es que consideramos necesario emprender tareas similares en el Perú. Esto sí permitiría realmente rediseñar el sistema educativo nacional en todos sus niveles y en todas las materias.

Creación de bancos de conocimientos escolares y universitarias :

El trabajo de informática educativa (CBT) requiere en primer lugar de gente que pueda elaborar el material documental, las simulaciones, los exámenes, la programación curricular y el software. Es obvia también la necesidad de capital para equipar con computadoras y software un sistema escolar carente de agua, electricidad y techos, con profesores insultantemente remunerados y conductores ciegos a las posibilidades del uso racionalizado de la informática con pocos recursos. Pero no podemos obviar que la continua expansión de Internet abre el camino de la integración de más centros educativos a la posibilidad de acceder a las aplicaciones CBT, entre las cuales están los bancos de conocimientos, aún cuando el porcentaje de marginados será grande por mucho más tiempo. Por ahora, la cuestión se centra en tres preguntas : quién va a financiar la preparación del personal y el equipamiento de los centros educativos estatales, quién desarrollará tecnologías apropiadas para las condiciones locales y quién va a preparar a los maestros que usarán estas tecnologías.

Hay una opción económica y pedagógicamente interesante de cómo desarrollar bancos de conocimientos que paso a reseñar : los alumnos mismos podrían dedicarse a la elaboración de estas bases de conocimientos que contengan los temas regulares de los cursos del currículo escolar. Este tipo de trabajo empuja a alumnos y profesores a investigar juntos los contenidos que han de ser consignados en el banco. Así, se podría, por ejemplo, hacer una banco de conocmientos de historia que incluyera, en un primer momentos, los tema tradicionales del currículo, pero que después podría agregar otros, sobre todo temas polémicos. Finalmente se podría añadir fotos, vídeos antiguos, música y gráficos que ilustrarían los contenidos textuales. La biblioteca del colegio - o de la universidad - poseería entonces no sólo libros o enciclopedias en CD ROM, sino también información organizada de acuerdo a sus necesidades específicas.

Es obvio que no todos pueden hacer todo ni todos quieren hacer todo. Los alumnos que realicen un proyecto como el aquí propuesto deberán organizarse en grupos. Por ejemplo, el jefe del laboratorio de la institución y un grupo de alumnos interesados en la programación podrían encargarse del software del proyecto. Aquéllos que gusten de la música podrán grabar sonidos y melodías (wav) o escribir o transcribir partituras (midi) que acompañen e ilustren a los contenidos textuales. Los dibujantes pueden divertirse creando las ilustraciones o retocando fotografías, incluso incursionando en el campo de las animaciones 2D o 3D. Habrá también un grupo de estudiantes que buceará en los libros para seleccionar los datos y polémicas que interesen al proyecto. Finalmente, si el producto es bueno, se podría preparar versiones comercializables que beneficiarían a la comunidad.

Por otro lado, las universidades, ONGs, el Estado y la industria del software, en virtud de sus mayores presupuestos relativos, pueden emprender la elaboración de bancos de conocimientos altamente especializados. La elaboración de software educativo profesional requiere del concurso de un grupo de profesionales heterogéneo : programadores, elaboradores de contenidos, recopiladores de datos, pedagogos, diseñadores de la interface de usuario, diseñadores gráficos, dibujantes, fotógrafos, camarógrafos, editores de vídeo digital, sonidistas, músicos, etc. Al respecto, es interesante la experiencia acumulada por los traductores que desarrollan bases terminológicas que consignan conocimientos especializados con apoyo estatal y privado en Canadá y Europa. Estos bancos son usados para consulta en la traducción técnica, para la educación superior y para la transferencia de tecnología (vea :Reflexiones sobre la terminología).

Pero si algún peligro corren profesionales y amateurs, éste es el de diluir los contenidos en una marea de seductores gráficos o enfatizar la programación por sobre el conocimiento. Cuidado, los conocimientos no pueden ser banalizados al punto de convertir las aplicaciones educativas en meras bases de datos pues el dato puro debe ser el auxiliar para la enseñanza de la comprensión y elaboración de las argumentaciones. La aplicación educativa ideal para secundaria, institutos y estudios generales universitarios no debe ser una base de datos, sino una base de conocimientos, es decir, una combinación de bases de datos y sistemas conceptuales cuyo soporte principal debe ser la ostensión de la argumentación. Esto por varias razones : para contrarrestar la tendencia de las últimas décadas de atiborrar al estudiante con datos inconexos, para enseñarle a discriminarlos, para decirle que el saber es una construcción siempre en proceso, y para darle la oportunidad de elaborar sus propias interpretaciones de la historia, la economía, la política, la física, las matemáticas, etc (vea :Educación y medios). Por otra parte, armar bases de datos puede ser contraproducente si los datos reemplazan al conocimiento de los documentos originales : por ejemplo, es mejor incluir facsímiles de los documentos que forjan la nacionalidad que meras interpretaciones de ellos. Así, el estudiante debe poder acceder a la Declaración de la Independencia en lugar de a un párrafo que dice que hay una.

Como sea que se enfoque el problema, la tecnología de bases de datos permite que el afán enciclopedista del hombre contemporáneo, sumergido en torbellinos de información, se materialice en bancos de conocimientos que pueden ser usados no sólo por especialistas, sino por los estudiantes de todos los niveles del sistema educativo. Una manera de democratizar no la información banalizada de los medios de comunicación masiva, sino el conocimiento que permite efectivamente hacer ciencia y tecnología.
Por Alfredo Elejalde F.
Lima, mayo de 1997.
(mod. 17-07-2003)

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